Sus enormes y fuertes picos, largas colas y llamativos colores inspiraron películas. Así como llaman la atención del mundo del cine, las guacamayas también atraen el interés de los traficantes que están dispuestos a pagar miles de dólares por tenerlas.
Uno de los motivos por las que son buscadas, son sus plumas, las cuales son utilizadas, por ejemplo, para adornar máscaras folclóricas.
El panorama no pinta bien para las guacamayas; a pesar de ser considerada una especie en estado de conservación crítico, Panamá no cuenta con programas dirigidos específicamente a su conservación, sin embargo es meta del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) realizar uno para la guacamaya bandera en la isla de Coiba.
Las guacamayas, que se alimentan de frutas, semillas, flores y nueces y anidan en huecos de árboles, están en conservación crítica, de acuerdo con los especialistas nacionales, debido a las presiones a las que son sometidas: pérdida de hábitat, cacería furtiva y tráfico ilegal de especies.
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Nuestro país combate el tráfico de este tipo de aves con la capacitación nacional a miembros de los diferentes estamentos de seguridad (Policía Ecológica, Dirección de Investigación Judicial, Servicio Nacional de Fronteras, Servicio Nacional Aeronaval y Ministerio Público) con el fin de hacer cumplir la normativa ambiental. Este año, se reportaron casos relevantes de rescate de guacamayas que fueron traficadas. Un caso ocurrió en Agua Fría en la provincia de Darién a inicios de septiembre y otro durante el mes de enero en San Felipe, ciudad de Panamá.
Hay zoocriaderos en Panamá autorizados para reproducir este género de aves con fines comerciales, y según la normativa oficial, el 5% de la producción anual se libera.
La especie
Jorge Ulises García, jefe del Departamento de Biodiversidad de MiAmbiente, quien ofrece constantemente datos interesantes sobre esta y otras especies, explica que las guacamayas pueden alcanzar casi un metro de longitud, salvo el Ara severus que es más chica.
En Panamá se les llama guacamayas, mientras que en Costa Rica se les conoce como lapas y guaras en Honduras.
García aprovechó para aclarar que las especies que habitan en Panamá no son la mismas que están en Brasil.
El guacamayo azul (Anodorhynchus hyacinthinus), vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha disminuido su población drásticamente y se considera que en la naturaleza solo existen 4,300 individuos adultos, amenazadas por las mismas presiones que las especies panameñas. En él se inspiró la película Río.
Los tipos de guacamayas que existen en Panamá son:
* Guacamaya azul amarilla (Ara ararauna): Solo se encuentra en el este de la provincia de Panamá (valle alto del Bayano) y en Darién. Congregación de pequeñas bandadas. UICN la tiene como de menos preocupación (LC least concern). Pero, según la lista de especies amenazadas de Panamá está en peligro crítico.
* Guacamaya verde (Ara ambiguus): La más ampliamente distribuida en la vertiente caribe del país y al este de la provincia de Panamá y Darién en el Pacífico. La más numerosa en Darién. Prefiere bosques húmedos de 1500 msnm en Darién. La UICN la tiene catalogada como EN en peligro. Pero según la lista de especies amenazadas de Panamá está en peligro crítico.
* Guacamaya roja, bandera o escarlata (Ara macao): Sin duda la más bella de las guacamayas. Común en la Isla de Coiba, también con reportes en el suroeste de la península de Azuero. UICN la tiene como de menos preocupación (LC least concern). Según la lista de especies amenazadas de Panamá está en peligro crítico.
* Guacamaya roja y verde (Ara chloropterus): Poco común en ciertas localidades en el este de Panamá, en donde se encuentra en zonas selváticas apartadas de Darién. Presente también en el este de la provincia de Panamá. UICN la tiene como de menos preocupación (LC least concern). De acuerdo con la lista de especies amenazadas de Panamá está en peligro crítico.
* Guacamaya frenticastaña (Ara severus): la más chica de las guacamayas, frecuente y ampliamente distribuida en las tierras bajas de Darién hasta los 600 metros sobre el nivel del mar. UICN la tiene como de menos preocupación (LC least concern). Según la lista de especies amenazadas de Panamá está en peligro crítico.